El sistema se conecta a la red eléctrica y se compone de los paneles solares, el inversor y un medidor bidireccional.

Los marcos regulatorios de energías renovables (como la Ley 27.424) que fomentan la generación distribuida, permiten que el exceso de energía generada por el sistema de un usuario durante el día, que no sea consumido por el mismo, se inyecte a la red y sea contabilizado por un medidor bidireccional. Ese exceso de energía es comprado por la empresa distribuidora del usuario quien reduce el costo de su consumo eléctrico.

Durante la noche el usuario puede tomar energía  de la red pública ó, si acumuló en baterías parte de la energía que él generó con su sistema, se abastece con esa energía total o parcialmente. El sistema resulta así económicamente viable porque posteriormente al periodo de repago de la inversión inicial la energía que se genere no tiene costo y la parte de ella que se inyecte a la red, es vendida por parte del usuario. Los sistemas son sencillos de mantener y no hay costos por ese concepto a lo largo de toda su vida útil que se estima en 25 años.